Comentar, discutir, insultar, pelear

Tras algunos e-mails con Pablo de Webconfort (a propósito de sus comentarios en uno de mis posts) y Rogelio de Mi Poesía, mi vida (a propósito de un comentario que dejé en su blog), he llegado a reflexionar un poco sobre el tema de los comentarios en los weblogs. El tema no es menor, pues generalmente cuando pensamos en weblogs, va prácticamente implícita la idea de permitir a los visitantes comentar algo sobre lo que escribimos, sin embargo, no siempre pensamos en las consecuencias que ello puede traer. Seguro que es agradable cuando alguien nos alaba el blog o aporta comentarios constructivos, pero ¿qué sucede cuando la crítica se torna destructiva, o incluso ofensiva? Probablemente a más de alguno le han dado ganas de sacar ese enano fascista que todos llevamos dentro y comenzar a censurar a destajo. Pero si no podemos soportar que alguien nos critique ¿para qué dejar espacio para comentarios? Por otra parte, también ocurre a veces que los comentarios se convierten en foros de soporte (como me está pasando con el post sobre convertir video AVI a VCD -y no me malentiendan, no estoy reclamando nada) o en verdaderos post vivos. ¿Es esto también un problema? De todas maneras, la pregunta sobre porqué permitir comentarios (o porqué no) pienso que debería ser al menos considerada al mantener un weblog, tanto como preguntarse porqué vamos a emitir un comentario al momento de visitar otros blogs.