Vivan los animales

Este post está dedicado a participar en DialBit, la iniciativa impulsada por Boulesis para fomentar el diálogo y la reflexión a través de las bitácoras.

Este primer tema de debate está dedicado a las diferencias entre animales y hombres, incluyendo también preguntas sobre capacidades que tradicionalmente se consideran únicamente humanas, tales como sentir o pensar. Trataré de exponer mi punto de vista desde una mirada más bien científica y con base en la psicología.

Ok, vamos directo al grano; ¿qué nos diferencia de los animales? es la pregunta, y la respuesta es simple: el lenguaje. No pretendo escribir un extenso tratado sobre el tema, pues simplemente no corresponde, pero partiendo desde lo más básico –y respondiendo también a otra de las preguntas planteadas– debemos considerar como fundamental el hecho de que el hombre es nada más ni nada menos que un animal. Claro, esta afirmación que ahora parece tan natural, fue por mucho tiempo motivo de escándalo y separación entre la ciencia y la religión católica, pero hoy en día la tesis de que el homo sapiens proviene del mono ha sido incluso aceptada por el Vaticano (aunque por supuesto aun quedan algunos fundamentalistas que sostienen una creación divina, y otros que se atreven a plantear otras teorías evolucionistas). Como decía mi profesor de antropología, la gracia de Darwin no era haber planteado una teoría evolucionista, sino el haber demostrado científicamente que el hombre proviene del mono. Por lo tanto, creo que la respuesta a la pregunta de si es el hombre un animal más, está parcialmente respondida; parcialmente, porque si bien el hombre es un animal, no es simplemente “un animal más”. Hay algo de especial en el hombre que lo diferencia de los animales, algo que muchos han tratado de resumir en fórmulas tales como “el hombre es un animal social”, o político, o artístico, filosófico, racional, etc. Todas ellas hacen –o deberían hacer– referencia a la misma capacidad o habilidad del hombre y que es en definitiva lo que lo diferencia de los monos, caballos, perros y todos los otros animales: la capacidad simbólica, o lo que es prácticamente lo mismo, el lenguaje. Intentemos una rápida revisión de esta idea: es a través de la introducción del hombre en el orden simbólico que el hombre no solamente puede nacer, crecer, reproducirse y morir, sino que también convivir en sociedad, comunicarse de una manera única y definitivamente ser humano; porque debemos considerar también la idea de que, en cierto sentido, el hombre es el único ser que es dos cosas a la vez, pues nace como animal, como cría humana, pero solo llega a ser humano a través de su participación en el orden simbólico y en la sociedad. En este sentido, las teorizaciones de Sigmund Freud, Jacques Lacan y Claude Levi-Strauss resultan brillantemente esclarecedoras, y dudo que valga la pena repetirlas en una forma tan resumida que solamente podría privar de toda su complejidad a una explicación tan genial; baste con decir que el estudio sobre la universalidad de la prohibición del incesto llevado a cabo por el último, y la comprensión del complejo de Edipo por los primeros constituyen sin lugar a dudas la mejor explicación de la que disponemos hasta el momento del proceso a través del cual la cría de hombre se hace humana.

Con respecto a las restantes preguntas, relacionadas principalmente con las capacidades emotivas de los animales, creo que las principales luces sobre el asunto las podría aportar la neurofisiología. Desde este punto de vista, creo que es posible identificar en los animales manifestaciones emotivas, pero que al hablar de tales emociones debemos considerar que corresponden más bien a un proceso fisiológico, y que de ninguna manera conllevarían una consideración animista como si el animal estuviese demostrando realmente un estado psicológico interno. Me explico: una persona triste está dando cuenta de un estado interno, sabe que está triste, sabe como es el estar triste, podemos realmente sentirlo; un animal, simplemente está triste, no tiene conciencia de ello. Por lo tanto, la respuesta a si tienen los animales derechos o no, depende más de los propios valores y creencias que de lo que pase con los animales. En lo personal, y creo que muchos estarán de acuerdo, pienso que los animales tienen tanto derecho como todos de vivir en paz, y que no es solamente por su bienestar, sino también por el nuestro, que debemos brindarles las condiciones necesarias para que esto pueda ser así, incluyendo la protección de su/nuestro ambiente.