Del ADN al meme

Entre los siglos XIX y XX, numerosos científicos sociales recurrieron a una costumbre que el paso del tiempo y el avance del conocimiento ha demostrado no ser tan conveniente como se suponía: la de asimilar desarrollo ontogenético (de la persona, especialmente referido al desarrollo embrionario) y filogenético (de la especie) a tal punto de suponerlos prácticamente idénticos. Ha sido comprobado que el desarrollo embrionario “imita” en cierta manera al desarrollo de la especie, sin embargo, no ocurre lo mismo al tratar de recorrer el sentido inverso y extrapolar al desarrollo humano peculiaridades del desarrollo individual (como por ejemplo hizo Freud en el mito de “Totem y Tabú” al suponer la existencia de hordas patriarcales que han sido puestas en entredicho por algunos autores).

Richard Dawkins es un biólogo evolucionista que parece ocupar una lógica semejante al equiparar la función replicadora del ADN con la de lo que el llama meme, correspondiente a una unidad de transmisión cultural. De acuerdo a la revista electrónica Casi Nada:

A lo largo de 3000 millones de años el ADN ha sido en único replicador natural en este planeta, tenía la exclusiva facultad de propagarse en copias. Desconocemos si en otros planetas existen otras clases distintas de replicadores susceptibles de evolucionar que hayan surgido de sistemas distintos al de la tierra, pero no es necesario viajar al espacio para descubrir nuevos replicadores. Aparecieron hace muy poco en comparación con la edad de la Tierra, pero se propagan a una velocidad increíble en comparación con la de los genes. La evolución que seleccionaba genes y que propició la aparición de los cerebros en los humanos, provocó la aparición de un nuevo replicador que evoluciona análogamente a los genes. Pero el escenario en el que actúa es distinto al de los genes. Se trata de la cultura humana.

Dawkins bautizó a este nuevo replicador con el nombre de meme, (de la raíz griega mimeme -imitación-) y un meme no es más que una unidad de transmisión cultural. Esta unidad puede ser una consigna política, un tema musical, un himno, una forma de vestir, una determinada estética, un chiste… y así como los genes se propagan pasando de un cuerpo a otro a través de óvulos y espermatozoides, los memes se propagan saltando de un cerebro a otro. Cuando introducimos (o nos introducen) un meme fecundo en nuestro cerebro nos lo parasitan, convirtiéndonos en móviles que propagan ese meme, creando réplicas de él (…)

Richard DawkinsCasi Nada Webzine

Otro sitio declara que the revolution in memetics is in extending Darwinian evolution to culture, una idea que podría parecer tan genial como descabellada. En lo personal, me parece necesario considerar en sus justas proporciones el intento de extender una teoría que nace desde la biología hacia lo cultural, un ámbito en el que no necesariamente rigen las mismas reglas ni la misma lógica; por otro lado, considerar las implicaciones políticas e ideológicas de una teoría que se basa sobre los supuestos de que los memes son condicionantes del pensamiento y comportamiento humano. En último término, es necesario observar con recelo este tipo de teorías que -como por ejemplo también hace Humberto Maturana- tienden a cubrir el mundo social bajo el manto de las explicaciones halladas en el seno de las ciencias naturales.