Quiebre en la Alianza

Al parecer, las palabras que Oscar Godoy pronunciaba hace menos de una semana sobre la tensa relación entre la UDI y RN han resultado, en cierto sentido, premonitorias. Las acusaciones y la desconfianza entre ambas colectividades han llegado a un punto tal que el quiebre en la Alianza por Chile parece inminente, sobre todo ahora que éstas implican por primera vez en forma directa al presidenciable Joaquín Lavín, por su supuesta traición al ex-presidente de RN (y colaborador de Lavín por ya más de un año) Andrés Allamand.

No me interesa discutir los detalles del conflicto, sino más bien llamar la atención sobre el comportamiento de la coalición que pretende gobernar Chile en el próximo periodo presidencial y de un candidato que al parecer no tiene el peso ni el liderazgo suficiente como para imponer orden entre los suyos. Puede que tenga el favor de la gente (¿?), pero sin partidos políticos que lo respalden, poco podría hacer Lavín como Presidente. Y para qué hablar de tomar un camino como independiente o pretender basar todo un gobierno en la más pura tecnocracia. Muchas cosas se le pueden criticar a Ricardo Lagos, pero quizás más de alguno podría estar de acuerdo en que su fuerte liderazgo se proyecta como una sombra que amenaza con oscurecer cada vez más a quien fuera su competidor más cercano.