(Away)

Así, away, es como he estado hace mucho tiempo del mundillo blogueril: así, desde la distancia, es como también es posible darse cuenta de que en realidad es un mundillo muy pequeño, y a mucha distancia de todos los otros pequeños mundillos que pululan por el mundo –al menos así se ve en Chile, país en que, más allá del aparente boom de los fotolog (del que está a cargo, me parece, una turba de adolescentes ansiosos de exhibirse ante sus amigos a través de una pantalla), los weblogs, como tales, no tienen absolutamente ninguna incidencia en la vida del resto de los mortales… Sí, se que puede parecer increíble, pero pásense un par de meses sin seguir las bitácoras de quienes se afanan en demostrar que tienen un espacio ganado en “el mundo real”. Para el que quiera estar informado, siempre está el quiosco de la esquina con las portadas de las periódicos llamando a gritos la mirada de los transeúntes.

AWAY. Así también es como desearía haber estado de todas-las-cosas-tecnológicas esta semana; lejos de cualquier computador… primero que nada, al encontrarme con la desagradable sorpresa de que este blog se había convertido en víctima de algún descarado spammer que dejó más de 200 comentarios, y ahora, al descubrir que un virus ha infectado el sector de arranque de mi computador (que ya hace más de tres meses está totalmente desconectado de internet) y que el proceso para poder recuperar la información (entre la que se encontraba, por supuesto, un trabajo de fin de año prácticamente terminado) va a ser, cuando menos, muy tedioso.

AWAY… y ahora, nuevamente, offline.